Ahora si, a calzón quitado, que tal si hablamos de la fiesta, de la rumba, de la farra (si le dice farra o farrita por favor déjelo ir) vamos a hablar de este encuentro, de la fiesta, de sus personajes y por supuesto de sus comportamientos.
Todo comienza con un “que hay pa´ hacer” y seguramente terminará en un guayabo inminente (remítase a ese post para saber de qué le hablo) pero tenga claro que irse de fiesta es todo un ritual; aceptado el reto de enfiestarse, cada detalle cuenta, sobre todo para nosotras; listo el pelo, el body, el delineador y el tacón estamos preparados para el perreo intenso (ella se preparó, se puso linda su amiga llamaba) en donde nos enfrentaremos a uno que otro aquelarre y varios especímenes en todo su esplendor, porque eso sí le digo, se puede llevar más de una sorpresa, pues ese que usted creyó un corderito, seguramente pasadas las 10 se transformó en lob@.
Pero sabiendo esto, y teniendo presente que en la noche todo se transforma y el lobo se vuelve más lobo, al tibio se le olvida la tibieza (pero esta reaparece al otro día con el guayabo), llega el comportamiento de casería menos sutil pero más común, declárense culpables todos de haber hecho mínimo alguna vez La putivuelta
“La putivuelta, (sustantivo) Recorrido que se hace en una discoteca, bar o fiesta con el propósito de calibrar el ambiente con objetivos de apareamiento” (fuente: la maravillosa Internet). Mire, el objetivo de la putivuelta es siempre el mismo, levantar o por lo menos sacarle el número a la víctima; pero no siempre es exitosa, escoja bien donde va a hacer la putivuelta, no deseo que sienta lo que yo sentí cuándo en una putivuelta que di sin querer (solo iba camino al baño) , me encontré con un niñito con ínfulas de empresario, que se atrevió a preguntarme donde estudiaba y donde iba a hacer la práctica y yo morí de la dicha por verme así de joven sin contar que el en realidad era un puberto, conclusión, estaba en un lugar para adolescentes del que salí deprimida con estos 27 años, que esa noche sí que me pesaron.
¿Pero por qué no?, vale la pena abrirse a las posibilidades, la putivuelta también es un buen recurso para huir de ese intenso que se ganó esa noche, y conocer gente nueva, aun no conozco el primer caso de enamoramiento y matrimonio resultado de una putivuelta, pero vaya uno a saber que se me caiga la teoría y de pronto el amor de su vida si este a una putivuelta de distancia.
Eso sí, no olvide tener claro un par de criterios a la hora de dar la putivuleta y escoger a su víctima, también recuerde que usted puede ser la víctima de una putivuelta y nada serio sale de ahí, no espere nada más que una buena noche, así usted sea la víctima o el victimario, porque seguramente el amor post putivuelta se acabe cuando prendan las luces y pongan enanitos verdes en el lugar.
Sepa también escoger, no es solo el lugar, omita de manera inminente un man rodeado de muchas viejas, pues tiene tres opciones: una es la novia, una se muere por el o en efecto no le gustan las mujeres, funciona igual en sentido contrario, evite una vieja rodeada de hombres, también huya de los borrachos, evite hacer la putivuelta en estados alterados por que como lo dije antes, le van a huir.
Teniendo esto claro, disfrute del tour, porque al final de cuentas, la vida es una putivuelta.
La Princesa
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